miércoles, 14 de abril de 2010

LA TECNOLOGIA EN LA ERA PRIMITIVA

Hace mucho mas de un millón de años, el planeta sufrió grandes cambios, especialmente climáticos, en estos cambios hubo cuatro glaciaciones donde inmensas masas de hielo cubrieron gran parte de los continentes, afectando el entorno físico, la flora y la fauna.

Las armas y utensilios que existen en este periodo en que el hombre ante todo fue un cazador, son muy toscas. Además de tallar la piedra, el hombre aprendió a aprovechar los huesos para hacer agujas, puntas de lanzas y arpones. Los artefactos humanos más antiguos que se conocen son las hachas manuales de piedra encontradas en África en el este de Asia y en Europa. Datan, aproximadamente, del 250.000 a.C., y sirven para definir el comienzo de la edad de piedra. Los primeros fabricantes de herramientas fueron grupos nómadas de cazadores que usaban las caras afiladas de la piedra para cortar su comida y fabricar ropa y tiendas. Alrededor del 100.000 a.C., las cuevas de los ancestros homínidos de los hombres modernos contenían hachas ovaladas, rascadores, cuchillos y otros instrumentos de piedra que indicaban que el hacha de mano original se había convertido en una herramienta para fabricar otras herramientas. El más importante descubrimiento realizado por el hombre en el Paleolítico fue el fuego; primero lo tomó de la naturaleza y luego lo produjo por sí mismo. Golpeando piedras contra piritas para producir chispas es posible encender fuego y liberarse de la necesidad de mantener los fuegos obtenidos de fuentes naturales. Además de los beneficios obvios de la luz y el calor, el fuego también se usó para cocer cacharros de arcilla, fabricando recipientes resistentes que podían utilizarse para cocinar cereales y para la infusión y la fermentación.

La tecnología primitiva no estaba centrada solamente en las herramientas prácticas. Los metales; Se pulverizaron minerales de color para obtener pigmentos, que se aplicaban al cuerpo humano, a utensilios de arcilla, a cestas, ropa y otros objetos. En su búsqueda de pigmentos, descubrieron en mineral verde, rico en cobre, llamado malaquita y otro azul denominado azurita. Cuando los golpeaban no se convertían en polvo, sino que se doblaban; se podían pulir, pero no partir. Por estas cualidades, el cobre en trozos pequeños se introdujo muy pronto en la joyería.

Estos pueblos también aprendieron que, si este material era forjado repetidamente y puesto al fuego, no se partía ni se agrietaba. Este proceso de eliminación de tensiones del metal, llamado recocido, fue introducido por las civilizaciones de la edad de piedra, sobre todo cuando hacia el año 3000 a.C. se descubrió también que la aleación de estaño y cobre producía bronce. El bronce no es sólo más maleable que el cobre, sino que también proporciona una mejor arista, una cualidad necesaria para objetos como hoces y espadas.

La metalurgia comenzó a desplazar el uso de la piedra en la confección de las herramientas agrícolas y las armas; también, se utilizó para fabricar utensilios y adornos. Las piedras se gastaban y quebraban con facilidad, en cambio, los metales eran más resistentes y más fáciles de trabajar.

Sin duda una de las innovaciones más sorprendentes fue la agricultura. En cierto sentido, toda la historia humana gira alrededor de dos Revoluciones: el paso neolítico de la caza a la agricultura y el moderno paso de la agricultura a la industria.

Cuando llegó la edad del bronce, las distintas sociedades distribuidas por cada continente habían conseguido ya varios avances tecnológicos. Se desarrollaron arpones con púas, el arco y las flechas, las lámparas de aceite animal y las agujas de hueso para fabricar recipientes y ropa. También se embarcaron en una revolución cultural mayor, el cambio de la caza y la recolección nómada a la práctica sedentaria de la agricultura.

Este hecho significó para la humanidad algo cuya importancia solo puede compararse con el descubrimiento del fuego.

Con el se inició una nueva etapa, en la que el hombre comenzó a producir su propio alimento. Mientras el ser humano fue recolector y cazador, se vio obligado a ser nómade, porque debía trasladarse a los lugares en los cuales hubiera abundancia de frutos y de caza.

A consecuencia del desarrollo de la agricultura y de la domesticación de animales se desarrolló la textilería, obteniéndose en forma más o menos constante fibras como algodón y lino, además de lana para ser hilada y trabajada en telares. Con la vida desarrollándose en comunidades mayores, surgieron nuevas necesidades de organización.

Hoy no podríamos imaginar la civilización contemporánea sin la rueda: ella está presente, con sus mil variaciones, en cada elemento de la técnica moderna: desde el reloj, la locomotora, la turbina, hasta las grandes máquinas industriales.

Para el hombre constituía un problema trasladar cargas pesadas y con el invento de la rueda esta tarea se vio facilitada.

Las primeras ruedas conocidas son las de Ur y Hassuna, en la Mesopotamia, y se remontan a más o menos 4.500 años antes de Cristo.

Los medios de transporte más utilizados fueron los barcos de juncos y las balsas de madera, que surgieron primero en Mesopotamia y Egipto. Un resultado importante del mercado de la cerámica, los metales y las materias primas fue la creación de una marca o sello, que se usaba para identificar a los creadores o propietarios particulares.

La tecnología también comenzó a manifestar otro de sus efectos, una alteración mayor del entorno por la introducción de nuevas prácticas: por ejemplo la desforestación.

A medida que la población fue aumentando, el hombre tuvo que organizarse mejor y conseguir alimento suficiente para todos. Esto llevó al descubrimiento de la agricultura, que le permitió una alimentación más estable y completa.

Después del año 4000 a.C. apareció una de las creaciones más complejas de la humanidad: la ciudad. Desde este punto de vista, la tecnología no puede describirse sólo en términos de herramientas simples, avances agrícolas y procesos técnicos como la metalurgia, ya que la ciudad es en sí misma un sistema tecnológico.

La agricultura obligó al ser humano a permanecer cerca de los sembradíos. Por eso, tuvo que instalarse en un lugar y construir lugares de habitación más sólidos, originándose, paulatinamente, las ciudades.

Las prácticas de embalsamiento y momificación les hacen progresar en Medicina y Química. Prosperaron en los conocimientos anatómicos, incluso fueron frecuentes las operaciones quirúrgicas.

Los egipcios además, inventaron el reloj solar y la fabricación del papel y del vidrio.

En Mesopotamia, esta zona del Asia Menor se desarrollaron nada menos que las civilizaciones más prolíficas en invenciones de la Antigüedad, los inventores mas celebres de Mesopotamia fueron los sumerios, a quienes debemos, entre otras cosas, la invención de la escritura cuneiforme, fechada alrededor del 3.100 a.C. Hito que marca el término de la Prehistoria y el inicio de la Historia.

En medio del desierto del noreste de África surgió Egipto, una de las civilizaciones más espléndidas de la historia, cuyo desarrollo cultural dejó, entre otras cosas, monumentales obras arquitectónicas que hasta hoy se mantienen como el símbolo más distintivo de lo que fue la vida a orillas del Nilo.

Los egipcios fueron indudablemente un pueblo adelantado, que junto con desarrollar un considerable poderío territorial se anticipó a muchas actividades que conocemos hoy en día, como el arte, los cultivos o la astronomía.

Los egipcios creían firmemente que, después de morir, el alma del hombre viviría feliz sólo si se daba un tratamiento especial al cadáver para preservarlo de la corrupción. De esta manera, perfeccionaron el proceso de conversión llamado embalsamamiento, por el cual convertían los cadáveres en momias que colocaban en sarcófagos. Estos se decoraban con mayor o menor suntuosidad, dependiendo de la jerarquía social del muerto.

Por otra parte en la edad media, China fue la región más avanzada del mundo: la más poblada, más productiva y de mayor desarrollo técnico.

Para navegar en los tormentos mares de oriente, los chinos construyeron barcos muy distintos a los utilizados en el Mediterráneo. Se llamaban juncos y algunos eran tan grandes que podían transportar hasta 1000 personas.

Estos campesinos realizaban el trabajo intenso y continuo que es necesario para hacer productivas tierras muy fértiles, pero amenazadas siempre por inundaciones y desastres.

La agricultura fue la base de la civilización china. De ella obtenían el gobierno imperial los impuestos para sostenerse y los recursos para la construcción de las grandes obras públicas; las ciudades recibían alimentos; y numerosos artesanos y especialistas podían dedicarse a oficios de técnica avanzada.

Estos son algunos inventos chinos: Debemos a los chinos de esa época muchos inventos y adelantos técnicos, que siglos después cambiarían la historia de la humanidad. Vamos a revisar tres ejemplos: el papel, las primeras formas de la imprenta y la pólvora.

Siglos más tarde, cada signo se labraba en un trozo separado de madera, que se combinaba con otros para formar expresiones. El sistema era más rápido, aunque la enorme cantidad de caracteres de la lengua china dificultaba las cosas. Los primeros libros, calendarios y noticias se imprimieron con estos procedimientos.

Los químicos chinos descubrieron que al mezclar carbón, azufre y salitre en ciertas proporciones, se produce una mezcla que explota en contacto con el fuego: ésa es la pólvora.

Además en la edad media se produjeron otros avances tecnológicos como el molino, como lo dice su nombre, fue usado al principio para moler cereales como el trigo.

Pero con el tiempo se ha denominado así a todo aparato movido por fuerzas de la naturaleza, aun cuando se destine a otras tareas, como aserrar madera o elevar agua.

El molino de viento ha tenido siempre una función práctica, que es la de aprovechar la energía eólica, transformándola en un trabajo útil. También esta es tiempo como habían tantas guerras se usaban armas como la espada y el escudo, que eran muy pesadas, y los caballeros protegían su cuerpo con armaduras de bronce o de hierro, formadas por yelmo, coraza y perneras. Con el transcurso del tiempo, y de los conflictos, las armas de fuego fueron evolucionando; se hicieron más ligeras, apareció la culebrina y más tarde el arcabuz, parecido al fusil. Los lombardos (habitantes de Lombardía, en Italia) crearon un cañón pesado, lento y de poco alcance. Las bombardas eran una especie de cañones primitivos, a las que se les colocaba la pólvora y luego una gran piedra. Después se le prendía fuego y al impactarse hacían enormes boquetes en los muros de los castillos. Las armas de fuego resultaron más destructivas que las medievales, y causaban gran mortandad entre los combatientes.

El denominado proceso de encastillamiento de la Europa medieval se realiza en tres fases a las que corresponden tres tipos de fortaleza:

  • Los castrum, o formaciones rocosas para refugio del pueblo (siglos VI al VII).
  • Construcciones más reducidas en estos mismos lugares o en motas creadas por movimientos de tierras con gran capacidad defensiva (siglos X al XIII).
  • Reductos de defensa menos altaneros, pequeñas motas señoriales o casas fortificadas (siglos XIV y XV).

Los primeros castillos fueron simples torres rodeadas por empalizadas. En las fortificaciones había mucha madera que fue sustituyéndose por piedra a partir del siglo XII. Las murallas se fueron haciendo más gruesas y altas, reforzándose con taludes. Se crean barbacanas, torres cubiertas, matacanes, puentes levadizos, etc. Se construían más torres distribuidas por las cortinas de muros cada vez más robustas e independientes como la torre albarrana (destacada del muro) y fosos más profundos.

Hasta comienzos del siglo XIX Europa era un continente agrícola, no preparado para afrontar una rápida industrialización, ni para enfrentarse a sus consecuencias negativas. Fábricas insalubres e inseguras, exceso de horas de trabajo, niños obreros, explotación de la mujer, bajos salarios, viviendas miserables, cesantía, condiciones en que se desarrolló en sus comienzos la nueva Era, fueron considerados los "Siete Pecados Capitales de la Revolución Industrial".

En este proceso viene lo que es la creación de otras nuevas cosas como lo era, reemplazar el acero para convertirlo en hierro, para fabricar el acero se conocen desde hace siglos, pero las técnicas eran muy lentas y llenas de dificultades por lo que el producto resultaba caro. Henry Bessemer, en 1856, inventó un procedimiento para producir acero: descubrió que si entraba un poco de aire a un alto horno con hierro candente, se eliminaba hasta el último vestigio de carbón y el hierro se transformaba en acero.

Después viene lo que es la electricidad comenzó a competir con el vapor a fines del siglo XIX, al inventarse la dínamo, máquina que permitió transformar el movimiento mecánico en corriente eléctrica, y ésta en movimiento. Así surgieron, en 1879, el tranvía eléctrico y en 1895 la locomotora eléctrica. El uso de la electricidad revolucionó los medios de transporte; también los de comunicación gracias al telégrafo y al teléfono.En 1879, Thomas Alva Edison desarrolló el más revolucionario de todos los inventos, la ampolleta eléctrica, que rápidamente desplazó a las demás fuentes de luz. Otra de las grandes creaciones fue la aparición del cinematógrafo.

El segundo cambio revolucionario consistió en la utilización de los derivados del petróleo, este era muy escaso hasta que, en 1859, Edwin Drake perforó el primer pozo cerca de Titusville, en Pennsylvania, solucionando el problema del abastecimiento.

En 1876, Nikolaus Otto inventó el primer motor de combustión interna, punto de partida de la era motorizada. Años después se sustituyó el gas natural por la gasolina y Karl Benz equipó los motores de combustión interna con una chispa eléctrica que encendía el combustible. Siguiendo con estas invenciones, Rudolf Diesel creó el motor a petróleo, que se aplicó en las locomotoras y en el transporte marítimo y terrestre.

La maquinaria automática estimuló la producción en serie y el volumen de mercaderías industrializadas se multiplicó con el uso de la banda transportadora.

La invención de estas intrincadas maquinarias no sólo trajo cambios en los métodos de producción, sino que hizo que los sabios y laboratorios de las grandes universidades prestaran su colaboración a la industria. Los más importantes descubrimientos salieron de los centros científicos y se pusieron a disposición de la industria.

En 1856, William Henry Perkin fabricó la primera anilina que marcó el comienzo de la era de la química sintética. De esta tintura se derivan la aspirina, sacarina y el ácido fénico. Con el correr de los años se idearon nuevos procedimientos para obtener papel de pulpa de madera, y para producir seda artificial con las fibras de madera.

A partir de 1860 se ve un auge en la construcción de los ferrocarriles. Los nuevos avances, como el freno automático, la instalación de coches dormitorios y comedores y la señalización automática, contribuyeron a que el ferrocarril llegara a ser el primer y más importante medio de transporte.

Aunque no se sabe a ciencia cierta quién fue el inventor del automóvil, se ha podido determinar que Gottlieb Daimler y Charles Federic Benz idearon coches de gasolina alrededor de 1880 y que, más tarde, el francés Levassor fue el primero que aplicó a un automóvil el principio de combustión interna, Paralelamente, Henry Ford fue quien impulsó la fabricación masiva del auto.

En 1903, realizaron el primer vuelo en un avión impulsado por un motor. En 1910, Luis Bleriot cruzó el Canal de la Mancha en un monoplano inventado por él y en 1911 otro francés, apellidado Prier, voló sin etapas entre París y Londres. Alberto Santos Dumont, de nacionalidad brasileña, es considerado el pionero en la construcción y vuelo de naves aéreas con motor a gasolina.

Otro de los productos que nacieron en esta época fue la fotografía, creada en 1833 por Daguerre. En tanto, la máquina de coser es atribuida al mecánico estadounidense Elías Howe, en 1845.

Inventos como el fonógrafo, cuyo primer ejemplar funcionó en 1878, corresponden a una de las mil y más invenciones que registró durante años Edison.

Finalmente, la refrigeración fue obra del ingeniero francés Charles Albert Tellier, quien en 1876 construyó una máquina que producía frío por compresión.

En el siglo XIX surge un nuevo periodo, catalogado como capitalismo financiero.

Las grandes empresas industriales y comerciales representan la etapa financiera de la evolución del capitalismo contemporáneo, cuyos rasgos más característicos son: Control de la industria por las inversiones bancarias, Formación de inmensos capitales, Separación entre la propiedad y la administración, a través de las sociedades por acciones

El capitalismo se adaptó, así a las nuevas condiciones que aparecían a medida que el progreso tecnológico avanzaba a un ritmo cada vez mayor.

Se apreciaron cambios en la agricultura, con el uso de los abonos y el empleo de la maquinaria especializada para el cultivo de la tierra.

Las relaciones comerciales se extendieron por todos los países y continentes y el mundo se convirtió en un gran mercado.

Entre 1740 y 1830, la tasa de natalidad varió muy poco. Fue un descenso de la mortalidad lo que hizo que se incrementara la población. Muchas influencias actuaban en ese entonces para reducir este índice. Al introducirse el cultivo de tubérculos, se pudo alimentar mayor cantidad de ganado durante los meses de invierno y así se pudo surtir a la gente de carne fresca durante todo el año. La sustitución de algunos cereales inferiores por el trigo, y el aumento en el consumo de legumbres, aumentó la resistencia contra las enfermedades. Niveles más altos de limpieza personal, aunados a más jabón y ropa interior de algodón más barata, disminuyeron los peligros de infección. El uso de ladrillos, pizarra y piedra como materiales de construcción, en lugar de paja y madera de chozas y casas de campo, redujo el número de epidemias.

Otro factor en la disminución de la mortalidad fueron los grandes logros de la medicina, especialmente el descubrimiento de vacunas como la del médico inglés Edward Jenner que permitió controlar enfermedades mortales como la viruela.

Se perfeccionó la cirugía y los diagnósticos médicos eran cada vez más acertados.

El alemán Fahrenheit inventa el termómetro al observar que el mercurio se dilataba en forma regular según las variaciones de la temperatura.

Durante los años 1764-1767, inventó un torno o maquinaria simple, movida a mano y por medio de la cual una mujer podía hilar, al principio seis o siete, pero después hasta ocho hilos a la vez, el inventor de la primera máquina para tejer algodón fue el clérigo y poeta inglés Edmund Cartwright, quien en 1784, diseñó un telar provisto de una lanzadera automática, movido por una energía proporcionada por caballos, ruedas hidráulicas o bien máquinas a vapor.

Con la aparición y perfeccionamiento del hilado y el tejido del algodón aumentó la demanda de ese textil. De ahí que la creación del norteamericano Eli Whitney se estandarizó rápidamente. Whitney logró inventar la primera máquina desmotadora de algodón, es decir, una máquina que quitaba las semillas y las pelusas que naturalmente se encuentra en él. Todos estos inventos provocaron trastornos. El telar hidráulico, la hiladora mecánica y el telar mecánico se transformaron en máquinas de gran peso y de grandes dimensiones.

En el siglo XVIII llega la aparición de la máquina a vapor se ha considerado como el inicio de la Revolución Industrial.